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Abr 16

ENRIQUE SALVATIERRA. Luces malas y buenas

Revitalizar la raíz, estar cerca, encontrar una imagen que hable de los sentimientos, que los represente. No hay términos de años para esto. Sí, trabajo minucioso, paciente y velocidad para palpar el tiempo. Vivo en Santa María, Catamarca, en los Valles Calchaquíes, un lugar rodeado de huellas del pasado, entre “luces malas y buenas”, arqueología, mitos y leyendas.

Aquí se percibe la sensibilidad del hombre de culturas primigenias y se aprende que los contenidos particulares están bien al fondo del ser. Se descubre que cada reflexión existencial, filosófica, ética y estética, tiene su propio tiempo, como tiene su propio tiempo cada obra que se construye. Este es el espacio donde “señales de humo-internet” y “águila y jet” volando sobre los petroglifos de Ampajango, me conectan, no sin nostalgia, con un pasado inefable, casi inaccesible, buscando una verdad que se dispersa, se esfuma… y reaparece, entre memorias y olvidos en el taller, iluminando el alma… y develando los misterios.

Desde el 18 de abril
Entrada gratuita
Miércoles a domingo de 14 a 20

 


 

Enrique Salvatierra (29/12/48) nació en San Miguel de Tucumán y se crió en Santa María de Catamarca, donde vive. Pintor, escultor, ceramista, artista textil e intérprete del piano, su primer contacto con las artes plásticas fue durante su niñez, en el taller de su padre, el arqueólogo y pintor Ernesto Salvatierra. Desde 1972 realiza exposiciones individuales y colectivas en el país y en el exterior. Viajó por Latinoamérica, EEUU, Europa y África con la intención de conocer, investigar y profundizar conocimientos sobre el arte universal. Ganó numerosos premios, entre ellos: Primer Premio escultura relieve, rubro cerámica, Salón Nacional (1991); Primer Premio Bienal Nacional de Arte Textil, Museo Sívori (1991); Premio Fundación Senda, Salón Nacional de Pintura de Bahía Blanca (1991); Primer Premio XII Salón Nacional de Cerámica (1991); Premio Miró-Rubro Cerámica-Beca a Barcelona (1993); Premio Mención de Honor Escultura, Salón Nacional de Artes Visuales, Palais de Glace (2008) y el Premio Alberto Trabucco de Pintura (2009).