El Pabellón I del Centro Cultural Borges está dedicado a la figura de Jorge Luis Borges. Allí se encuentra el Espacio Biblioteca.
Para entrar al laberinto del Borges –que se desparrama caprichosamente en pasillos y salas desde
la esquina sureste de Galerías Pacífico- nada mejor que la guía del propio Jorge Luis reencarnado
en Gabriel Guz, actor y dramaturgo, lector y guía de la Biblioteca del Centro Cultural. Con su guardapolvo gris de
bibliotecario –un homenaje al Borges bibliotecario de Boedo – Guz recibe a los visitantes de
miércoles a domingo a partir de las 14 hs. Pasen y lean: libros al alcance de todos. Y mucho más.
El espacio es amplio, generoso, calmo, luminoso. Hay almohadones gigantes y sillones BKF.
Muchos libros. Felicidad. Gabriel Guz explica: “La propuesta es brindar una biblioteca pública en el
medio del Centro Cultural y muchos libros a los que puedan acceder todas las personas ni bien
llegan. Todos los libros están a la vista y para ser tomados por los visitantes. Tenemos las obras
completas de Borges, por supuesto, en la última edición de Sudamericana. También hay libros de
análisis y teoría sobre Borges, sobre la cábala y otros estudios. Y además hay libros de otros
autores: Julio Cortázar, Eduardo Sacheri, Sergio Olguín, Mariana Enríquez y más. También hay
poesía y ensayo. Todos los ejemplares fueron donados por editoriales o por el Plan de Lectura
Nacional”, señala el bibliotecario.
En este punto es interesante echarle un vistazo a la zona infantil: títulos cuidadosamente elegidos
de narrativa, divulgación científica, poesía y más para tentar a chicas, chicos y lectores de todas las
edades porque, ya lo sabemos: la buena literatura no tiene edad.
Pero aún hay más: “Tenemos catálogos de algunas muestras de Bellas de Artes –que ahora tienen
parte de su obra en el Borges – y catálogos del Museo Nacional de Arte Oriental –que está
estrenando sede en el Borges. La idea es que lo que ocurre en las salas del Centro Cultural
dialogue con la oferta de la Biblioteca. Que las personas puedan consultar el material antes o
después de la visita a las salas. Y también que puedan apropiarse de este espacio, que es de todos,
de todas. De hecho, muchas personas vienen a leer todas las tardes: están una o dos horas, luego
dejan el señalador en su libro, se van a ver un espectáculo y vuelven al día siguiente para seguir
leyendo”, cuenta Guz.
En los pasillos de la Biblioteca se adivinan vitrinas, fotos, cuadros: “La muestra actual está
focalizada en los primeros años de Borges y sus vínculos con otros escritores y con las revistas
Martin Fierro, Proa, Sur y Prisma, que fue la primera que trajo de España con el ultraísmo. Prisma
era una revista mural: empapelaban Buenos Aires con esa revista y acá tenemos copias en tamaño
real, para poner a nuestros visitantes en el lugar de aquellos habitantes de Buenos Aires de la
década del veinte, del treinta”.
Xul Solar, Leopoldo Marechal, Oliverio Girondo, Bioy Casares y otros jóvenes de ayer aparecen en
textos, objetos, aventuras narradas desde las vitrinas. “Y estamos armando la muestra Ficciones,
basada en el libro Ficciones, el libro que llevó a Borges a la fama, – aclara Guz – que dispondrá de
un espacio para cada cuento”, se entusiasma.
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Todos los libros del Espacio Biblioteca están al alcance de los visitantes para ser consultados y leídos en el sector de miércoles a domingo de 14 a 20h, sin reserva de entrada.
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